No solo es salir por salir, ni cambiarte por cambiarte... esta bien contigo misma por dentro y por fuera!
· Analiza tu físico, pero no para lamentarte por tus defectos, sino para
reconocer cuáles son tus puntos fuertes y débiles, y así poder potenciar los
primeros.
·
Compra una revista de
estilo y descubre
cuál o cuáles son los que encajan contigo.
No tienes que limitarte a un único look. Puedes ser hippy para ir a clase,
casual por la tarde y lady de noche.
·
Mímate, cuídate, mantente
limpia, perfumada, depilada, hidratada… Todo eso te embellece porque hace que
te prestes atención y te gustes más. En cambio, cuando descuidas tu aspecto
acabas por no mirarte siquiera… ¿Y esperas que te miren los demás?
·
Busca tu sello personal, aquello que te hace destacar y por
lo que la gente te recuerda. Podría ser tu afición a los broches, un color de
pelo peculiar, llevar pantys de colores…
·
Vístete bien.
Es decir, no importa el estilo que elijas pero procura que la ropa sea de tu
talla, que el color armonice con el de tu cara y tu pelo, que las telas tengan
una textura agradable.
·
Interésate por los demás. Es cierto que jugar a hacerse la
dama misteriosa resulta “interesante” pero acaba cansando. Estamos en el siglo
XXI, no en una vieja película de cine negro.
·
Más
allá de la ropa que te pongas, ten siempre presente que hay tres cosas que
resultan irresistibles: una sonrisa, una actitud segura y el saber escuchar.
Besos ...
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